Lección 9 La sanidad Divina
· Éxodo 15:26: Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié contra Egipto te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.
· Números 23:19: Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Dijo él, y no hará? ¿Habló, y no ejecutará?
· Salmos 89:34: No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
· Isaías 53:4-5: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
· 1 Tesalonicenses 5:23: Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
· Mateo 26:26-28: Y mientras comían, Jesús tomó el pan, y lo bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, la dio a ellos, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
· 1 Corintios 11:23-25: Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
· Salmos 103:1-5: Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendigan todas mis entrañas su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca, De modo que te rejuveneces como el águila.
· Hechos 10:34: Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad hallo que Dios no hace acepción de personas,
· Romanos 2:11: porque no hay acepción de personas para con Dios.
· Gálatas 2:6: Pero de los que eran tenidos por notables (lo que fuesen, nada me importa; Dios no hace acepción de personas), aquellos que eran notables nada me añadieron;
· Mateo 8:13: Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella hora.
· Mateo 21:22: Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
· Santiago 1:6-7: Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de un lado a otro. No piense, pues, quien así duda, que recibirá cosa alguna del Señor.
· Santiago 5:14: ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
· Santiago 5:15-16: Y la oración de fe hará salvo al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
· 1 Corintios 11:30-31: Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.
· 1 Tesalonicenses 4:1-3: Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene andar y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús; pues esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os apartéis de fornicación;
· Hechos 10:34-35: Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad hallo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le teme y hace justicia, se le es acepto.
· Salmos 103:2: Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
· Salmos 104:24: ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas las cosas con sabiduría; La tierra está llena de tus riquezas.
· 1 Corintios 10:33: Como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
· 3 Juan 1:2: Amado, yo deseo que seas prosperado en todo, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
· Mateo 4:23-24: Y recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían dolencias, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.
· Mateo 8:13: Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella hora.
· Mateo 9:35: Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
· Marcos 1:40-41: Vino a él un leproso, rogándole; y arrodillado ante él, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
· Marcos 10:46-52: Entonces vinieron a Jericó. Y al salir él de Jericó con sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y cuando oyó que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces, y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase; pero él clamaba aún mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. El entonces, arrojando su manto, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
· Lucas 4:17-21: Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.
· Salmos 37:3-5: Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
· Lucas 8:38-39: Mas el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, y publicó por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
· Salmos 116:10: Creí, por tanto hablé, Estando afligido grandemente.
· 2 Corintios 4:13: Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos;
· Juan 4:50-53: Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Y cuando ya bajaba, sus siervos le salieron a recibir, y le dijeron: Tu hijo vive. Entonces él les preguntó la hora en que había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a la séptima hora lo dejó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él y toda su casa.
· Romanos 4:16-20: Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Padre de muchas naciones te he hecho), delante de Dios, a quien creyó, el que da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para que llegase a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que le había sido dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo ya muerto (siendo ya de casi cien años), ni la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció con fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que lo que Dios había prometido, era también poderoso para hacerlo.
· 2 Corintios 5:7: porque por fe andamos, no por vista;
· Santiago 2:26: Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
· Salmos 103:1-3: Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendigan todas mis entrañas su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;